Huracán de noticias

Publicado por Luis Alberto Ferré, el martes 20 de septiembre de 2005.

Rita, Katrina, Phillipe…como misiles que salen del Atlántico las tormentas tropicales amenazan cada vez más zonas costeras excesivamente pobladas aquí en Puerto Rico o en nuestra región. La época de huracanes promete todos los años en convertirse en una “prime time” de noticias. Hace más de 15 años se avisaba que entrábamos en un ciclo activo de 30 años y entonces en 1989 Hugo apenas rozó la costa noreste de Puerto Rico abriendo así una nueva puerta en la psiquis del puertorriqueño.
Cada día más el clima es noticia. Fenómenos como el Weather Channel (que puso a correr a CNN con su programación del clima), la cantidad de recursos que han invertido los canales locales y la fácil accesibilidad a Internet ha provocado que nos hayamos convertido casi todos en aficionados a fenómenos atmosféricos.
Más allá de la fascinación humana por las diversas manifestaciones de la Madre Naturaleza, la proliferación y sofisticación de la oferta noticiosa relacionada a los efectos del clima en nuestras vidas nos deja entrever que hemos llegado a un punto de inflexión en nuestra relación con el medioambiente.
Por años, al igual que pasó con Katrina en la ciudad de Nueva Orleans, llevamos reportando sobre la construcción urbana en las zonas inundables y en las zonas costeras. La densificación urbana, combinada con una infraestructura eléctrica y de acueductos muy expuesta a huracanes, hacen de las noticias del tiempo o del clima aún más urgentes.
Más que por el fenómeno en sí, los efectos que tienen los vientos y las inundaciones en nuestras vidas demuestran que el apiñamiento urbano, la falta de manteninimiento adecuado a la infraestructura acrecentan exponencialmente los daños ya provocados por la fuerza de la naturaleza.
Planes de uso de terrenos, datos del USGS (servicio de geologia federal), mapas del Departamento de Recursos Naturales y planes de la Administración para el Manejo de Emergencias, y otras más, todas son fuentes que hemos investigado y que cada año narran la misma historia: la erosión de las cuencas hidrográficas, la desaparición de los manglares, la construcción en zonas innundables y la geografía escarpada de la zona central hacen de los municipios costeros potenciales zonas de desastres.
Lo hemos visto ya con las inundaciones de las bocas de los ríos desde Toa Baja a Arecibo, Loíza y la zona oeste.
A medida que el clima evoluciona natural y artificialmente, el apetito del público para entenderlo crecerá, más por necesidad que curiosidad.

4 Respuestas a “Huracán de noticias”

  1. Marilú Dice:

    Cuando mi papi se criaba era lógico el afán de construir en las riberas del río dado que tenían que “valdear” el agua a la casa, etc. Los recursos hidráulicos eran la vida de las comunidades…Bueno, se suponen que todavía lo sean, pero nuestra realidad es que son signos de nuestra decadencia…Si algo me afecta gravemente es ver como destruimos la naturaleza impunemente y que siquiera nos “remuerda la conciencia”.

    No es lógico, definitivamente vivimos enajenados, cuando observamos como se planifica, y se permite urbanizar en zonas que ecologicamente no lo permiten. La prepotencia nos ciega y cuando la naturaleza “reclama lo suyo” entonces la culpamos de “nuestras desgracias”.

    La visión inmediata de la vida, la idolatría del hoy, nos impide mirar al mañana, prepararnos para él. No hay que ser profeta para señalar anticipadamente cataclismos y grandes cambios ecológicos con anticipación, el sentido común nos capacita para ello; carimba, si además a éste lo equipamos con la ciencia moderna y los avances tecnológicos, no tendríamos por que temer los embates de la naturaleza.

    Es el egoísmo, el afán de obtener más por menos, para mi, para ahora, lo que a unos y a otros nos ha llevado a atentar contra la naturaleza, contra los demás. Y ésto se da a todos los niveles, el individual, el corporativa, el de la multinacional, el de las naciones que anteponen sus intereses a los de la humanidad, pues los recursos naturales nos pertenecen a todos, no solo a sus administradores.

    Claro, esto ha sucedido, y seguira sucediendo mientras no tomemos conciencia de que no son los administradores los dueños de los recursos sino TODOS, y por lo tanto mi responsabilidad no queda saldada cuando emito el voto cada cuatro años o pago contribuciones.

    Hoy si que estoy “realista”, pero realmente le tengo menos miedo a un huracán, que a la ceguera política, social, cultural de nuestra gente, al “animo deprimido” de la ciudadanía que nos incapacita como pueblo a actuar distintamente…Ahora si, que se “me aguó el día”

  2. David Miro' Dice:

    Es en estos tiempos en que yo añoro con nostalgia el “Tubo Que Chupa” de José Miguel Agrelot y el “Churumba Weather Service” de Rafael Cordero Santiago. ‘Dito, que en paz descansen los dos. :-(

    Yo creo que la “sofisticación” de cómo manejar un huracán la hemos aprendido a palos en Puerto Rico. Luego de 36 años sin ver una tormenta, Hugo le enseñó a los residentes en el Area Metro a sobrevivir un huracán. A los del Oeste nos tomó Hortense para hacerlo. Antes de eso, me remito al párrafo anterior.

    Pero nada de esto quita que, como país, todavía retamos a la naturaleza, y más aún cuando observamos cuán poco se respetan las zonificaciones cerca de playas. Para fiestas de Reyes, inauguraciones de políticos y bautizos de muñeca hay dinero para raperos y merengueros, pero para la pobre Christa von Hillebrandt en lo que literalmente es una casita cerca del edificio de Física en el Colegio de Mayagüez no hay dinero para una alarma para tsunamis. Las inconsistencias en las formas de prevención y desalojo entre jurisdicciones municipales y estatales envalentona a la gente a veces para desalojar aquellos que tienen sus casas mal ubicadas, hasta cuando es demasiado tarde… incluso cuando no se trata de un huracán, sino meras ondas tropicales. Y de Mameyes en Ponce ya casi nadie se acuerda.

    Puerto Rico ha hecho, como país, muy poca planificación efectiva del uso de sus terrenos, muy protección contra erosión de su litoral costero y de sus cuencas hidrográficas, muy poca prevención contra desastres civiles, y muy poco esfuerzo de educación ciudadana de manejo de emergencias, no solo huracanes, sino maremotos, tsunamis, deslizamientos, etc. Hay muchos Juanes en el desierto predicando, y tendemos a no hacerles caso. Quizá estamos más avanzados en ese aspecto (o nos sobreconfiamos), sospecho, que los residentes del área donde azotó Katrina, pero tuvo que venir un huracán categoría 4 a sacudirlos de esa ignorancia autoimpuesta.

    Como este blog trata sobre cómo END va a tratar estos temas (y partiendo de la premisa que siempre los trata cada año), sugiero (no en ánimo de burla, sino de alerta) que varios redactores se tiren a la calle, agarren sujetos al azar, y les pregunten cómo manejan personalmente este tipo de crisis. Gente que vive en Puerto Nuevo, o en Vega Baja, o en las laderas de montañas, o en la Urb. Bache (digo, Valle) Hermoso de Mayagüez (lo de “Bache” es en broma, que hasta los mismos residentes toleran), sitios donde las inundaciones son crónicas o tradicionales. ¿Cómo ha cambiado sus vidas en esta era del Weather Channel y post-Tubo Que Chupa.

    Reseñen qué piensan los residentes de nuevas construcciones pegadas al mar o a los ríos (a la boca del Río Guanajibo entre Cabo Rojo y Mayagüez han hecho unos “walk-ups” carísimos justo al lado del río.. y la gente que los compra quizá no vivieron la pesadilla de Eloísa en 1975; yo que ví esa misma área destrozada por cuatro meses no quiero ni un penthouse regalado allí. ¿Los compraron porque no les quedaba más remedio? ¿Son residentes de veraneo? ¿Cómo se allegaron esos permisos de construcción? ¿Qué dicen los estudios hidrológicos? ¿Estaban al día cuando los usaron?

    Creo que una buena dosis de alarmismo aquí no está de más.

  3. Marilú Dice:

    DAVID, realmente me ha gustado mucho lo que has escrito, precisamente cuentas con el “conocimiento técnico” (no sé como llamarle) que me falta…

    Dios mío, es que no aprendemos! Ya nos pasa como el cuentito del Lobo…pero lo peor, es que descubrimos que realmente que la “abuelita, del otro cuento, es ese que lobo que tanto tememos, y seguimos llevándole “la canastita”. Nuestro lema es el de “Cool Mc Cool”, YO AMO EL PELIGRO

    Realmente recurrir al alarmismo para evitar muertes predecibles es un mal necesario, al modo de los estudiantes universitarios que se ahogan de café la noche antes del examen final, para finalmente sacar una C…

    Terrible, pero cierto…

  4. ldc Dice:

    Mienstras los intereses economicos pesen mas, que cumplir con las leyes, antes de dar permisos de construccion en sitios, que son inundables, que no son seguros para hacer viviendas, las cosas van a seguir asi. Esto no solo lo vemos en Puerto Rico, sino en muchas partes del mundo, donde la avarivicia de algunos puede mas que la vida de las personas. Ejemplo mas claro, lo que vimos que paso en New Orleans con Katrina. Muchas cosas se pudieron hacer para evitar que la desgracia fuera tan grande. Por otro lado la situacion de Puerto Rico es un poco dificil por su condicion de isla, donde se va a meter tanta gente?? si se van a poner con que aqui no se puede construir por que esta al lado de un rio , o porque va a erosionar los terrenos, o porque es zona costera, donde van a construir viviendas para tanta poblacion??

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