Estipuladas las diferencias.
Luego de dos días intenso de opiniones creo que no abonamos mucho más al debate argumentando si Filiberto Ojeda es o no héroe; o sí debe ser considerado o no una leyenda. Han quedado muy claras y muy bien articuladas las posturas de cada uno de ustedes, que incluso fueron mucho más allá al plantear temas muchos más profundos, tales como la dignindad de un pueblo y del valor de la vida humana. Quizás es Johana quien para mí es quien mejor lo ha resumido todo
No pude hechar a un lado el record criminal de Filiberto pero esto no me permite negarle el derecho a la vida, la defensa que tenía el Sr. Ojeda.
Esto es lo último que necestábamos en Puerto Rico y no me estoy refiriendo de que ésto es una mera “distracción”, creo que estamos claros que tenemos que llegar al fondo de este barril y asumir cada uno nuestras responsabilidades en ver qué fue lo que realmente sucedió.
La construcción de nuestra patria, azul, roja, verde o del color que nos de la gana, se hace además de defendiendo nuestras diferencias, defiendiendo un curso de acción común. ?Cuál es la agenda ciudadana puertorriqueña? Sí, la paz; sí la justicia; sí el progreso. No se trata de arrodillarse ante las injusticias, todo lo contrario: la construcción de nuestro Puerto Rico se logra en crear una cultura ciudadana que vaya más allá del “derecho al pataleo”.
Si hay que romper yugos, que sea el primero el del conformismo, que el es peor de los colonialismos, porque no nos los impone nadie salvo nosotros mismos. Despierta boricua, sí pero rebélate ante la contiminación de nuestros ecosistemas; rebélate ante el abuso de la mujer y de los niños; rebélate ante la falta del valor de la vida humana; rebélate ante la intolerancia, el odio y el fundamentalismo, venga de donde venga.
Hay que escoger bien las peleas. Ya yo tengo vistas las mías hace tiempo.
Septiembre 27th, 2005 at 10:45 pm
OK, ¿cuáles son las batallas que este pueblo ha optado en librar, y cuáles son las que libra uno? Tengo que generalizar, forzosamente, así que YMMV (“your mileage may vary”)
A las cinco de la mañana, las carreteras del Area Metro de San Juan ya están llenas. La gente vive esclavizada ante una red de carreteras asfixiante, y la doman robándose a sí mismos y a sus familias una, dos, tres horas diarias. Prenden la radio, y la mayoría se parquean en su emisora favorita: o algún ejercicio en escapismo mental, o se meten un suero repetitivo de titulares, descargas, entrevistas inteligentes a políticos deficientes en contenido neuronal, y noticias… malas en el 90% de los casos.
Si por tener nenes uno tiene que levantarlos y preparalos, uno no sabe si los cría en una burbuja para protegerlos, o si los induce a una niñez casi adulta, “a la cañona”, con cada mañana exponerlos a los medios. Si van a escuela pública uno se preocupa de a qué nuevo riesgo o peligro va a ser expuesto hoy. Si es privada, de ver si educar a los hijos de uno es necesariamente un ejercicio en mercantilismo, y si uno va a comprometer valores y calidad con solamente soltarlos en la escuela.
Quienes trabajan en la empresa privada se enfrentan a las decisiones de una clase acomodada que se ha erigido todo un mundo antiséptico alrededor de ellos (acceso controlado, juguetes de nene grande, mucho golf, mucho figureo social), a los bochinches de oficina, o a los embates del capitalismo salvaje… en la cuna de la globalización, que se ha quedado ella misma anquilosada desde hace 30 o 40 años con las mismas malas costumbres. El mundo completo nos ha pasado por el lado… y hasta los ricos aqui son “old fashioned” (y yo he vivido en otros sitios, así que lo sé de primera mano). Quienes trabajan en el gobierno se embadurnan con resbalantina para ignorar las presiones políticas, la indolencia de los demás empleados, o para seguir haciendo lo mismo que ayer, lo mismo que mañana, con poca variabilidad. A menos que sea un jefe de secretaría auxiliar, o secretario, o administrador… para quien el día se convierte en una batalla estrésica contra los elementos.
Un sector de nuestra población toma su día para tratar de negociar aquellas transacciones que le permitirán sobrevivir otro mes más, u otra semana más. Sobre todo las madres solteras con hijos… cargando con los muchachos pa’arriba y pa’abajo. Bregar con las burocracias, privadas y públicas, está del seto. Unas se han contagiado con las otras.
La supervivencia del homo sapiens portorricensis típico en cuanto a sus apetitos diarios tiende a ser bien rutinaria: combo de desayuno o sandwich ralo en la fondita de siempre, culto al “fast food” o visita a sitios distintos para salir de la rutina. Cuidado donde uno se mete, porque lo asaltan (en la gasolinera o la panadería), o le roban el carro (en el centro comercial), o lo insultan (en el expreso, luego del corte de pastelillo usual), o alguien se trata de aprovechar de uno… si es que uno no se aprovecha antes del otro. Los rituales son los mismos: subir la ventana cuando viene el pidión en la luz, alistarse para vencer la burocracia du jour si uno no quiere pasar por sángano ante los demás, buscar la pala en la agencia o el comercio que uno necesita visitar… ¿la “cultura del guiso” que mencionaba ayer Richard Carrión?
Y, si Dios no lo quiere, le explota en la cara alguna situación de crisis (enfermedad repentina en la familia, accidente, crimen, etc.), el puertorriqueño tiene que sufrir tanto para subsanarlo… porque hasta para curarse un callo es una pejiguera, sea en lugar privado o público. Muchos dejan que las cosas malas les pasen, aceptándolas como la voluntad divina. Mi nena se embarazó, el padre del nene responderá, Inshallah (“así lo quiera Dios”). Me mataron al hijo en una balacera, qué se va a hacer. Se cayó el viejo en la calle y la ambulancia llegó a las tres horas. Qué se va a hacer. Etcétera.
Uno no ve que este pueblo quiera salir del anquilosamiento de la politica partidista, exigir eficiencia de quienes le sirven, ser proactivo tratando de denunciar, o de resolver, las situaciones malas que le aquejan, ni ser recto en su forma de ser todos los días. La presión de grupo colectiva en este país tiende a presionar a uno al figureo, a la gansería, a la diversión fácil, el “quitate tu pa ponerme yo”... Y uno se siente que no puede criar a sus hijos como Dios manda, vivir feliz, ser útil, ser decente, ser recto, ser justo, ser responsable, sin estar “brotao como pulgar malo” como dicen los americanos. Ser la excepción a la regla. Y pasar por sángano en el intento.
Mi familia ha optado por edificarse tomando unos valores como base, y mandar al cuerno a la presión de grupo. Mi esposa y yo venimos de pueblo pequeño, vimos mundo, regresamos a la Patria (a costa de un enorme sacrificio profesional y personal) y optamos por sacarnos muchas veces del sistema todo ese “same-old, same-old” que hace que este país no progrese. Pero nos sentimos solos. Cuando podemos participar de causas comunes, buscamos las que sean edificantes, no sean rimbombantes, y tengan gente que pase, al menos, por bien intencionada. Las veces que me han dado poder para transformar mi entorno he sido bien enérgico en ejercerlo, tapándome los ojos y las narices para no dejarme intimidar de los pesimistas y los envidiosos. Mi esposa lo tiene peor: enfrenta a gente perversa en su entorno profesional de vez en cuando, y los tiene que enderezar con mucha paciencia y mucho cuidado.
Pero… sé que hay gente que comparte mis valores. Gente que, si le dan la oportunidad de unirse, bajo las circunstancias adecuadas, haríamos una revolución de pies a cabeza en este país… pacífica, incruenta, decente, altruista, evocadora de los valores que alguna vez hicieron a este pueblo noble. Uno de ellos (y viene de la boca de uno que ha comido fuego desde el viernes pasado) era el señor abuelo de nuestro anfitrión, a quien conocí y saludé tres veces (cuando yo era chiquito me cogió en brazos, si me lo quieren creer). Qué rayos me importa que fundara el PNP, eran algunos de sus valores los que me gustaban, y mucho. ¿Pero fue afortunado él en acumular suficiente poder político y económico para poder “regar” esos valores a los demás? (Los de él y los de la gente que admiro por querer el bien para Puerto Rico, y son transparentes al desearlo) ¿Es eso pre-requisito para enderezar este país? ¿O nos hace falta un norte crítico, estilo Singapur, que nos enderece a palos? Y si ese no fuera el caso, ¿qué podemos hacer para no desfallecer cuando uno ve a los que no comparten los valores de uno ganseándose la Isla completa y riéndose de uno en su propia cara?
Les estoy provocando, señores. Esa es la idea.
Septiembre 27th, 2005 at 11:52 pm
Exactamente Luis, ese es el problema de muchos de nosotros los puertoriqueños, siempre estamos pendientes de otros asuntos que no son los de verdadera importancia. Nos preocupamos demasiado por batallas que no valen la pena a fin de cuentas y no nos preocupamos del bienestar de nuestros jovenes. ¿Qué ejemplo pretendemos llevar con todo esto? ¿Que podemos esperar de nuestros jóvenes en el futuro si en vez de encargarnos en poner el orden en nuestro hogar nos estamos preocupando de que colores se pintan nuestras alcaldias y la Fortaleza para poder buscar el peñón más grande y dispararlo en contra de ellos. Nos entusiasmamos en criticar la manera que trabaja el gobierno, pero no ponemos un grano que haga la diferencia. Y prestamos atencion a lo que el de al lado dijo para ver cuando es mejor atacar. Creo que mejor se debe cambiar el tema del blog ya que todos han expresado su sentir y sus opiniones y debemos empezar con un tema nuevo que nos llene de vida y nos ayude un poco mas en nuestro diario vivir, sin paralizarnos como lo hace la politica de este pais.
Septiembre 28th, 2005 at 7:41 am
Gracias por “cambiar el tema”, bueno realmente por profundizarlo, hasta llegar a la médula…
Quiero participar en el desarrollo del mismo, pero tengo que “treparme” para alcanzarlo, no quiero hablar impulsivamente…
Yo también tengo claras algunas peleas en mi vida personal, laboral, pero sin duda la lista no es exhaustiva…Y por supuesto me entrego a la realización de la misma con lo que lo que soy “un ser humano”...
Caramba, dije me iba callar y sigo…me voy a tomar café…
Septiembre 28th, 2005 at 8:26 am
Nuestras luchas, los valores. Que mucho se nos alejan aquellas cosas que sabemos están bien sembradas en el corazón de nuestra gente. Nuestro director hace una lista y muy acertadamente se detiene y a modo de estimular a sus colaboradores para que se expresen nos dice que él hace tiempo tiene identificadas las propias. Todos los que gravitamos en esta isla estamos hechos de la misma fibra, solo que algo se nos extravió en el devenir apresurado hacia un abismo donde factorizamos pero no resolvemos, porque la suma de las partes se convirtió en un algebra donde se nos dificultan muchas variables.
Hace algún tiempo y me parece que fe un año mas o menos antes de su muerte tuve la oportunidad de conversar con Don Luis Ferré en nuestro querido Ponce. Un automóvil blanco se estacionaba frente a la casa donde nació, le ayudé con su silla de ruedas y por unos minutos estuvimos solos. En cuestión de instantes me mencionó como jugaba en aquel patio de su niñez y otras cosas mas. Yo tendría menos de cincuenta años y él una juventud de muchos años. Su mirada hacia el pasado no era triste, la mía tampoco lo fue. Y mientras conversábamos pude sentir que aun cuando en nuestros hogares las diferencias pudieron haber sido económicas, ninguno de los dos era capaz envidiarle algo al otro.
Así pasó el tiempo y aquella conversación se perdió en el trajín de nuestra vida diaria y mas rápido de lo que hubiese podido pensar la sociedad me dijo un día que yo ya no servia, ello con las consecuencias que acarrean. Llegaron los días modernos donde las enfermedades de nuevo cuño intentan apoderarse de nuestro ser.
Hoy en día se que la misma sociedad va a darme las mismas contestaciones y por ello dejé de preguntarles. Así que al igual que nuestro director les digo que yo tengo las mías bien identificadas y todos los días trato de hacer algo para seamos diferentes. Aquí utilizo una figura de pensamiento que creó mi madre en una columna del periódico El Día en los años cincuenta; “en trapiche de pensamientos, muelo cañas de pena. Entonces no puedo dejar de reproducir las mismas palabras:
“Despierta boricua, sí pero rebélate ante la contaminación de nuestros ecosistemas; rebélate ante el abuso de la mujer y de los niños; rebélate ante la falta del valor de la vida humana; rebélate ante la intolerancia, el odio y el fundamentalismo, venga de donde venga.”
Así son nuestra luchas, la envidia entre otras cosas ha calado muy hondo y debemos erradicarla desde la plataforma de la niñez puertorriqueña. Yo estoy de pie, cuantos desean estarlo.
Septiembre 28th, 2005 at 9:13 am
Y luego del café…
“La construcción de nuestra patria, azul, roja, verde o del color que nos de la gana, se hace además de defendiendo nuestras diferencias, defiendiendo un curso de acción común.”
Creo, y me esfuerzo por hacer vida esto que has escrito. El reconocimiento de nuestra individualidad, sea personal o colectiva es vital para que mantener la coherencia. NO TENEMOS, que pensar igual, que ver las cosas del mismo color, para que PODAMOS TRABAJAR JUNTOS, y si no existe este curso de acción común, PODEMOS CREARLO.
Lo que me apena es que la historia nos muestra que en la “defensa de nuestras diferencias” se nos han ido las fuerzas, y a muchos las esperanzas. Sin embargo es posible, es necesario que unos a otros nos ayudemos para que NO DESFALLEZCAMOS como personas, como pueblo.
Cuál es la agenda ciudadana puertorriqueña? Sí, la paz; sí la justicia; sí el progreso. No se trata de arrodillarse ante las injusticias, todo lo contrario: la construcción de nuestro Puerto Rico se logra en crear una cultura ciudadana que vaya más allá del “derecho al pataleo”.
La acción de arrodillarse en la mayoría de las prácticas religiosas es signo de dar culto y por lo tanto la imagen es GENIAL, Ya sé que no le daré culto a ellas, ¿qué hago con ellas entonces? Definitivamente creo como tú que no podemos “conformarnos con “pataletear”
Creo que el primer paso tiene que asumir una actitud de realidad, de búsqueda de la verdad. El conocimiento de la verdad nos liberará de las dudas, aliviará los temores. Luego de conocer la verdad se tiene que conocer las causas, los efectos inmediatos y hacer proyeccciones de futuro. Para conseguir esto necesitamos la buena voluntad de todos, el estar dispuestos a aportar y a recibir la riqueza que es el otro. Bueno, al menos es el modelo que me ha servido para superar las experiencias de injusticia que he vivido. (más de muchas te lo aseguro).
Si hay que romper yugos, que sea el primero el del conformismo, que el es peor de los colonialismos, porque no nos los impone nadie salvo nosotros mismos.
Le puedes decir esto a un individuo, no a un grupo. Tenemos que rescatar a las personas, liberarlo de la esclavitud de “los partidos”, de “las religiones”, de los “círculos sociales” para que dándose cuenta de la grandeza que hay en si mismos, es decir sus alternativas, se sientan insatisfechos con lo que han pensado son “sus riquezas”.
Como comunicador, tienes en tus manos el poder que te hemos conferido. Cuando las personas comienzan a darse cuenta de que existen no como masa, sino como individuo, le pueden pasar muchas cosas entre ellas la pérdida de la seguridad, pues hemos vivido tanto tiempo amarrados que aunque nos suelten, nos quedamos quietos, y pierden “la chaveta”...A otros, la fantasía le ayuda a refugiarse en el mundo de lo esotérico…(los iluminados), a los centrados en la verdad, le impulsa a detenerse a pensar ¿qué hago?, para luego acercarse al otro en actitud de comunión…(hermanos, ciudadanos, tantas maneras de llamarlo.
Despierta boricua, sí pero rebélate ante la contiminación de nuestros ecosistemas; rebélate ante el abuso de la mujer y de los niños; rebélate ante la falta del valor de la vida humana; rebélate ante la intolerancia, el odio y el fundamentalismo, venga de donde venga.
Sí Luis Alberto, todas éstas luchas o las hacemos juntos, o nos moriremos poco a poco, y tenemos ejemplos clarísimos en la historia de naciones que han sucumbido por no creerlas enemigas…
Gracias por llamarnos por nuestro nombre “boricuas”, me encanta sentirme tuteado, hoy tenemos necesidad de mostrar que nos queremos, que independientemente del apellido que llevemos, del partido que militemos, de la religión que profesemos, de la música que nos guste, etc., somos todos “boricuas”.
Septiembre 28th, 2005 at 9:31 am
Comentario Final
En algún momento debe terminar todo debate en torno a un tema. Me sospecho, sin embargo, que el tema de Filiberto Ojeda volverá a este blog. La razón es obvia. Aún quedan muchas interrogantes sin contestar.
Es cierto que Filiberto era un fugitivo de la ley. Cabe señalar, sin embargo, que las sociedades que viven bajo el marco de la ley también veneran a sus fugitivos. En Estados Unidos, por ejemplo, se venera la figura de Jesse James, Bony and Clyde y Billy The Kid. En Puerto Rico ocurrió lo mismo con Toño Bicicleta. Aún recuerdo que en la decada de los 70 se pegó en la radio una canción en torno a Toño Bicicleta.
Traigo este ejemplo con el único propósito de demostrar que el imperio de la ley no necesariamente produce los resultados deseados y, por lo tanto, esto permite que surjan leyendas que optan por salirse del marco legal para denunciar lo injusto del sistema.
Y, en este aspecto, la muerte de Filiberto nos lleva a comprender que, en ocasiones, nuestro sistema se nos convierte en algo extraño. Es obvio, por ejemplo, que la intervención con Filiberto Ojeda nos hace entender de entrada que no somos dueños en el suelo borincano. Aquí mandan otros y esos otros no somos los puertorriqueños.
Esa ausencia de dominio, que queda enmarcada en nuestra relación con los Estados Unidos, no es exclusiva del pueblo puertorriqueño. Los Estados Unidos han convertido el globo en su territorio. El viernes entraron en Hormigueros, ayer entraron en Irak y anteayer entraron a Afganistan.
Repito. Lo vivido la semana pasada debe ser un aviso. Terminada la Guerra Fría, los Estados Unidos tienen un nuevo enemigo. Ese enemigo se le ha llamado terrorismo. Lo lamentable de esto es que nadie se ha tomado la molestia de definir la palabra terrorista. Por lo que, me temo que esa nueva guerra de los Estados Unidos tendrá muchas víctimas. Víctimas que serán calificadas de terroristas aunque de terroristas no tengan un pelo.
Estipuladas las diferencias, debemos alzarnos sobre el debate microscópico y atender a la voz de los tiempos. De esa forma podremos reclamar que no se frusten los sueños y esperanzas de cada ser humano para este nuevo milenio.
Manolo
Septiembre 28th, 2005 at 1:35 pm
pertinente y refrescante por demás que toda esta discusión desemboque en un llamado de nuestro moderador a la transformación ciudadana. y dicho llamado no es ajeno a nuestros tiempos, el propio concepto ‘ciudadanía’ parece estar muy en voga en el presente, incluso los llamados a la reflexión introspectiva e individual. todos tenemos la capacidad de transformar nuestra realidad desde distintos foros, empleando distintas estrategias de lucha (inclusive las informales) y a decidir cuáles son las más relevantes de acuerdo a nuestro criterio. bien ha sido enfatizado: hay de dónde escoger.
sin embargo, muchos de estos esfuerzos de lucha deben estar acompañados por una iniciativa hacia la organización, que ciertamente renace en la conciencia (reconocimiento de la injusticia), se ilumina con el conocimiento (cabe mencionar que el mismo no es exclusivamente académico), se moldea en la técnica y termina aclamando su espacio dentro de lo colectivo. enfatizo en lo último: no importa la eficacia de la individualidad y cuán protegida esté en el presente, los esfuerzos de lucha y resistencia con sus respectivos reclamos, demandas y proyectos de transformación, tienen que trasladarse al sentido colectivo, comunitario e institucional, si es que desean prevalecer, si es que la transformación desea ser palpable y posible. esto no quiere decir que si por ejemplo, decido boicotear un establecimiento que contamina las aguas o destruye los bosques, mi lucha individual es poco respetable, pero no es del todo relevante. en solitario, no se establecen los cambios sistemáticos necesarios, y menos aquellos que gravitan alrededor del entendido de la cultura (de la cual se comenta mucho, aunque su definición es altamente debable).
otro problema radica en que muchos movimientos de justicia demandan acciones que contradicen otros reclamos igualmente encaminados hacia la justicia. mientras unos quieren mayor ayuda del estado o una mejor distribución de los recursos, o sea, una igualdad de condiciones en la adquisición y ejecución del poder (ej. hombres y mujeres en la misma escala de valor laboral), otros reclaman mayor reconocimiento de las diferencias, (como las identidades) y por lo tanto, enfatizan lo particular y la diversidad, en lugar de la universalidad e igualdad.
por lo tanto, el terreno de lucha y resistencia es uno complicado, accidentado y tumultuoso. no se presentan simples o mágicas resoluciones, éstas deben crearse en el proceso. y no cabe la menor duda, que muchas veces dicho proceso se enciende con el pataleo
no de unos pocosde muchos, de tantos, y ojalá, de todos y todas.por lo pronto, que continúe la conversación, a ver si llegamos a alguna parte…
Septiembre 28th, 2005 at 2:32 pm
Bien dicho!
Yo tan solo quiero preguntar ¿Qué es lo que hay que hacer mas allá del pataleo?
Pues quiero anunciar en forma de clasificado que hay vacantes disponibles. En esta empresa puertorriqueña hay varias formas de entrar en acción que definirán el que hacer de la cultura y sociedad puertorriqueña como marca registrada y rentable. Por ejemplo, cartas y llamadas a los legisladores a favor a alguna ley que avance alguna agenda social, participación en juntas directivas de organizaciones de servicio, servicio comunitario y promover la participación democrática mediante el voto.
Los resultados que tenemos hoy no son consecuencia del destino, sino de la acción
o inacciónde aquellos que vinieron antes que nosotros. Es la presente generación que esta ya lista a tomar su lugar en la mesa, pues ya no creo que podamos continuar el vivir parado en la orilla mirando el mundo pasar. Pero necesita quien les dirija como dijo Don Luís Muñoz Marín ‘hacia la gran aurora’, sea esta del color que sea. Así se hace patria, así se perpetua un pueblo, así lo entendía Don Luís A. Ferré.Octubre 5th, 2005 at 2:50 pm
En una agenda ciudadana puertorriqueña en donde lo primero que hay que romper es el conformismo, como bien lo dice Luis Alberto, hay que poner bastante énfasis a mi criterio en la cultura a través de la prensa y la televisión. Romper el conformismo es una de las tareas más difíciles ya que el conformismo existe a todo nivel.
No quiero entrar en los clásicos comentarios de la mala prensa y televisión, pues sabemos que en términos generales es un mal mundial. Hablo de la creación de espacios en los mismo medios existente o sino en crear medios alternativos que vayan más allá que el idolatrar a cualquier “boricua” o norteamericano que triunfa/e en los EEUU. ¿Porqué no podemos los puertorriqueños acercarnos a otras culturas de “tu a tu”? Es decir ¿hasta cuando estaremos viviendo la “doble vida” de estar en la isla y en EEUU a la misma vez cuando existe TODO un mundo? Por ejemplo: La última vez que estuve en Puerto Rico, el matrimonio de Marc Anthony y Jennifer López ocupó por tres días consecutivos la portada de los periódicos!! Eso es mero conformismo!
El discurso de “aceptarnos” no importa que “color” (léase partido) defendamos es algo obvio. Los verdaderos desafíos para aceptarnos es estar en acuerdo común sobre cosas más importantes: la educación y los valores laicos y cívicos dignos de cualquier país desarrollado y soberano.
Algo tan discutido como: ¿Qué responsabilidad ha tenido o tiene la prensa y la televisión en todo esto? Pues mucha ¿acaso no podemos exigir nuestros derechos a las empresas o a las corporaciones que llevan la prensa y la televisión? Por supuesto que si
¿Porque tenemos que aceptar los miles y miles de folletos de “ventas especiales”, las páginas y páginas de publicidad que generan miles y miles de dinero para los periódicos? Es preciso que a través de la prensa se promueva la capacidad de endeudarse, y meternos los ideales del tener, tener y tener y de comprar, comprar y comprar? Si este es uno de los principales males de la sociedad norteamericana y puertorriqueña Hay que aceptarlo. Si bien, este sistema capitalista es parte de nuestras vidas, creo que como puertorriqueños estamos en capacidad de controlarlo. Pensar que es una batalla perdida es puro conformismo. Pues sí!
¿Es que el pueblo puertorriqueño que no tiene acceso al Internet y a orientarse con medios de todas las tendencias y de todo el mundo no tienen derecho a estar informados de una manera responsable? Si ¿Es decir, porqué CNN se vuelve en “la fuente” de noticias para el pueblo puertorriqueños? ¿Porqué la ABC, CBS y la NBC se vuelven fundamentales en los paquetes de cable en Puerto Rico? Tenemos nosotros los puertorriqueños que exigir a nuestros compatriotas empresarios de prensa y televisión OPCIONES, eso es una lucha que a primera vista parece poco importante ante la paz, la justicia, la lucha contra el desempleo, pero la lucha a favor del derecho y acceso de información es FUNDAMENTAL para construir las bases para rebelarnos. (Podríamos empezar por: exigir que nos provean de unas noticias internacionales decente y contundentes, que contenga análisis profundo y serio, eso ya sería algo…)
“rebélate ante la contaminación de nuestros ecosistemas; rebélate ante el abuso de la mujer y de los niños; rebélate ante la falta del valor de la vida humana; rebélate ante la intolerancia, el odio y el fundamentalismo, venga de donde venga”
Para terminar, recientemente escuché a una ciudadana ecuatoriana vivida en los EEUU decir que ella no daba limosna a nadie en los EEUU porque allá la gente tenía la oportunidad de superarse me provocó un malestar comparable con la náusea y tardé en recuperarme. Tal vez porque sé que así como ella piensan miles y miles de puertorriqueños. De modo que sí, “hay que escoger bien las peleas. Ya yo tengo vistas las mías hace tiempo” dice Luis Alberto. Yo también tengo la mía escogida: a no resignarme y pelear por el acceso a la información seria y responsable. Las peleas más sencillas son los más difíciles. Si, la pelea contra el conformismo es la más importante para encarrilarnos a cambiar nuestra patria en algo más importante para todos, porque a veces parece no más una especia de isla-jaula en dónde nos han puesto y no sabemos cómo salir (y no me refiero al status legal de colonia sino al estado mental).
Finalmente, aplaudo lo que dice “ltldrummer” hay vacantes disponibles. No hay que cruzarse de brazos el mundo es grande, las opciones son amplias, hay que luchar, pues para eso mismo uno vino al mundo.