29 de mayo de 2007
¿Es internet un ente liberador? ¿Podemos decir que los seres humanos hemos encontrado nuevas formas de habitar en comunidad a través de espacios virtuales? Y finalmente, ¿Es el blog un ente democratizador? Todas estas y más preguntas surgen al embarcarse en la recopilación de tres ensayos, escritos por Adriana Gutiérrez Pacheco, estudiante graduada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, “Blogs, esfera pública y el periodismo como conversación”.
Dicha antología es un trabajo erudito que cita los más grandes exponentes y estudiosos de las relaciones interpersonales entre sujetos a nivel virtual. La misma nos indica que lo que para muchos es nuevo en Puerto Rico, ya llevaba merodeando por el espacio cibernético hace más de una década, pero, que se hizo visible en nuestra Isla gracias a la iniciativa del director del periódico El Nuevo Día, Luis Alberto Ferré Rangel, al incorporar la herramienta blog a la página de internet de dicha publicación, www.endi.com . Gutiérrez se cuestiona, “¿Será que la implantación y asimilación de los blogs por parte de los medios tradicionales, responde a una estrategia comercial o publicitaria, aunada a un compromiso de responsabilidad social?”, pregunta que deja abierta a la interpretación después de la lectura de la tesis que ella propone.
Por otro lado, para aquéllos que piensen que la tesis defiende un instrumento al que sólo el cinco por ciento de la población mundial tiene acceso, Gutiérrez responde lo siguiente: “afirmo la idea de que esta nueva esfera pública supone un círculo de élite, audiencias cultivadas, con cierta literalidad, acceso a la tecnología1 y cierto status económico que les permite darse el lujo de tener tiempo libre y de ocio creativo para discurrir sobre los distintos panoramas socio-culturales políticos y económicos a los que el blog hace alusión. Así pues, llegamos a la conclusión de que los blogs no son la panacea prometida, sino como afirma Blood (2002) estos son sólo un antídoto a los efectos de los medios corporativos”.
Más que una proposición, “Blogs, esfera pública y el periodismo como conversación”, es una excelente referencia para un tema, que aunque se ha estudiado, se ha hecho escasamente. Al mismo tiempo abre las puertas a un nuevo debate en el campo del estudio de las ciencias sociales. ¿Nos avecinamos a una nueva generación que ha encontrado nuevas formas de reunirse? ¿Se achica el mundo o se le está dando voz sólo a aquél que posea la tecnología para expresarse y se está marginando a quien no la tiene?¿Se le puede llamar democracia a una tecnología que favorece a una minoría con cierto nivel de poder adquisitivo? Las preguntas manan sin cesar con la lectura de esta obra y con ellas surgen nuevos conocimientos.
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